Aunque al hablar de la hormona del crecimiento, se asocia la palabra con los niños y con su crecimiento, la hormona del crecimiento es una hormona crucial para mantener una vida saludable, y afecta tanto a niños como a adultos.
Esta hormona no se limita al crecimiento sino que implica muchas cosas más importantes que la estatura. Y es que incluso después de parar de crecer, los adultos todavía necesitan la hormona del crecimiento.
La hormona del crecimiento es una proteína producida por la glándula pituitaria, que es liberada a la circulación sanguínea.
Entre las preocupaciones de una persona afectada por una deficiencia de la hormona del crecimiento se incluyen problemas graves relacionados con la fuerza del corazón, la capacidad pulmonar, la densidad ósea, el funcionamiento del sistema inmunológico, etcétera.
En realidad, la deficiencia de la hormona del crecimiento afecta a todo el organismo, por lo tanto es muy importante detectar la deficiencia lo antes posible para tratarla y así evitar daños y retrasos permanentes.
La hormona del crecimiento es producida por la glándula pituitaria (anteriormente conocida como hipófisis). Con respecto a la cantidad segregada, es el hipotálamo el que controla la cantidad que debe producir la pituitaria. Posteriormente, es la pituitaria la que libera esta hormona en la corriente sanguínea.
Ubicada en la base del cerebro, la glándula pituitaria se encuentra unida funcionalmente al hipotálamo, una parte del cerebro localizada justo encima, unida por un tallo que contiene nervios y vasos sanguíneos. Las hormonas producidas por el hipotálamo conducen señales o mensajes a la glándula pituitaria que está compuesta por dos lóbulos, el lóbulo anterior (adenohipófisis) y el lóbulo posterior (neurohipófisis). Se asienta en una pequeña bolsa de huesos en la base del cráneo llamada la fosa pituitaria, también conocida como silla turca, por su semejanza.
La hormona del crecimiento es producida por la glándula pituitaria (anteriormente conocida como hipófisis). Con respecto a la cantidad segregada, es el hipotálamo el que controla la cantidad que debe producir la pituitaria. Posteriormente, es la pituitaria la que libera esta hormona en la corriente sanguínea.
Ubicada en la base del cerebro, la glándula pituitaria se encuentra unida funcionalmente al hipotálamo, una parte del cerebro localizada justo encima, unida por un tallo que contiene nervios y vasos sanguíneos.
Las hormonas producidas por el hipotálamo conducen señales o mensajes a la glándula pituitaria que está compuesta por dos lóbulos, el lóbulo anterior (adenohipófisis) y el lóbulo posterior (neurohipófisis). Se asienta en una pequeña bolsa de huesos en la base del cráneo llamada la fosa pituitaria, también conocida como silla turca, por su semejanza.
Para comprender esta glándula es importante saber cómo funciona dentro del sistema endocrino.
Y es que la glándula pituitaria también se conoce como glándula madre, ya que desempeña un papel importante en el sistema endocrino, junto con las demás glándulas endocrinas.
En ocasiones, también hay otras hormonas deficientes de la glándula pituitaria, lo que se conoce como hipopituitarismo. Con frecuencia, también se ven afectadas las hormonas que controlan el desarrollo sexual, así como las hormonas que controlan la función de la glándula tiroides (TSH). Con menor frecuencia, puede verse afectada la hormona que estimula las glándulas suprarrenales (ACTH). La vasopresina equilibra la regulación de la sal y del agua en el organismo. La FSH y la LH estimulan los ovarios en las mujeres y los testículos en los hombres para liberar hormonas sexuales.
Todas estas deficiencias pueden ser tratadas mediante un tratamiento de reemplazo hormonal.
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